domingo, 18 de octubre de 2009

DIA DE LA LEALTAD LEVANTANDO BIEN ALTAS NUESTRAS BANDERAS



Lo primero que aparece en mi mente son “las patas en la fuente” fotografía que todavía recorre los libros de historia argentina. Fiel documento del ingreso de la clase trabajadora, de la “chusma”, de la “barbarie”, de los “cabecitas negras” a la política nacional.

Y ahí aparecen las reflexiones de viejos historiadores:

“Era el subsuelo de la patria sublevado” Raúl Scalabrini Ortiz


“Porque lo más singular del 17 de Octubre fue la violenta y desnuda presentación de una nueva realidad humana que era expresión auténtica de la nueva realidad nacional. Y eso es lo que resultó más chocante a esta Buenos Aires orgullosa de su rostro europeo: reconocer en esa hora desaforada que tenía el color de la tierra, una caricatura vergonzosa de su propia imagen. Caras, voces, coros, tonos desconocidos: la ciudad los vio con la misma aprensión con que vería a los marcianos desembarcando en nuestro planeta. Argentinos periféricos, ignorados, omitidos, apenas presumidos, que de súbito aparecieron en el centro mismo de la urbe para imponerse arrolladoramente. Por eso el 17 de octubre (…) fue un rechazo instintivo, visceral, por parte de quienes miraban desde las veredas el paso de las turbulentas columnas (…) Nadie los conducía, todos eran capitanes”.Félix Luna


“Multitudes grises avanzaban como un torrente de plomo derretido, lentas, graves, concentradas en su destino”. Juan José Hernández Arregui


El protagonismo de las masas movilizadas y de las organizaciones sindicales en aquel momento fundacional del movimiento peronista sugieren que, para comprender la significación histórica del peronismo, no es suficiente analizar las ideas o las acciones de Perón. Si bien éste ocupó un lugar central por su condición de líder del movimiento, las transformaciones sociales y políticas que generó el peronismo sólo pueden comprenderse en el marco de la lucha política entre los diferentes sectores de la sociedad argentina.

La clase obrera compacta y organizada había ingresado a la vida política nacional a partir de los sucesos del 17 de Octubre y desde esos sucesos no habría de aceptar con resignación el recorte arbitrario de sus derechos.

Todos los sectores de la clase obrera de la época adhirieron a la propuesta de Perón porque ésta respondía y reflejaba el nivel real de la conciencia del movimiento obrero argentino. Perón, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión promulgó una legislación que contemplaba los reclamos históricos del movimiento obrero: “Ley de despidos”, que establecía que todo trabajador tenía derecho a percibir una indemnización proporcional a su antigüedad en caso de ser despedido sin causa; el establecimiento del seguro social y la jubilación; el “Estatuto del Peón”, que estableció un salario mínimo y procuró mejorar las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales; la creación de Tribunales de Trabajo, cuyas sentencias resultaron favorables, en líneas generales, a las demandas obreras; la fijación de mejoras salariales y el establecimiento del aguinaldo para todos los trabajadores. Además garantizó el cumplimiento de leyes que ya habían sido sancionadas pero que en la práctica los empleadores evitaban cumplir: indemnizaciones por accidentes laborales, jornada de trabajo de 8 horas diarias y de 48 horas semanales y vacaciones anuales pagas. Al mismo tiempo, estableció el reconocimiento de las asociaciones profesionales, medida que significó un fortalecimiento jurídico de los sindicatos como organizaciones de representación de intereses.

Y eso somos…somos los que creemos que organizados, unidos somos los protagonistas de nuestros destinos. La confianza en la construcción, lenta pero continúa de una tierra que contemple y contenga a los trabajadores argentinos.

Por eso recordar…

Recordar el 17 de Octubre de 1945

Recordar ese movimiento sísmico del pasado que logró romper estructuras,

Recordar a los abuelos que lucharon por la dignidad de sus sueños,

Recordar esos caminos andados para continuarlos,

Recordar que la historia la escribimos cada uno de nosotros.